SEMBLANZAS
Era flaco, tan extremadamente flaco que parecía que sus largas piernas colapsarían en cualquier momento. Sus gastados pantalones vaqueros se sostenían gracias a un cinto tal vez demasiado grande para su talle.
Alto, desgarbado, conservaba en sus ojos a pesar de todo la expresión de un niño desvalido.
El termo y el mate completaban su figura como elementos ya incorporados a sus manos, como mudos compañeros de vida.
Nunca lo vi sin ellos.